04

Convendría hacer la pregunta de una vez, sin desviaciones inútiles: ¿Por qué no me mato? Contra lo que podría suponer un no-iniciado, la pregunta plantea menos un problema de principios que una cuestión de método. Nada de ergo. Al diablo con ese pequeño dios. Esas elucubraciones estropean la consumación del acto simple —ilústrese con la petite mort—. Ni el griego, ni el río: la aridez fáctica a la que te criaste. El método a secas.

Dejando de lado los martirologios, he aquí algunos de los métodos con los que estoy más familiarizado: método socrático, método Werther, método Gillette, método Bovary de acción prolongada, método axiomático, método paf Oliveira, método F.G.S.M. Desde luego, este brevísimo catálogo cuenta con el aditamento de las variaciones a que nos induce fácilmente cada método. Una tarde que llovía a cántaros, hice una lista de 67 variaciones del método socrático.

La propedéutica sobre la materia es bastante clara con respecto a que la efectividad de un método se apoya ostensiblemente en las circunstancias de su ejecución. El método es, a la larga, sus circunstancias.